A lo largo de la historia de la humanidad el vino ha sido el más grande acompañante del hombre, desde la prehistoria hasta nuestra actualidad. Echemos un vistazo al recorrido de tan mitológica bebida y su importancia alrededor del mundo.

Entre la ciencia y la mitología: la cuna del vino

El origen de la producción de vino es ambiguo.

Según estudios arqueológicos, gracias al descubrimiento de una vasija con un residuo rojizo, se tiene estimado que se produjo por primera vez durante el periodo neolítico entre el 6000 y el 5000 a.C. en la región actualmente conocida como Irak.

Además, se hizo el descubrimiento de la bodega más antigua del mundo conocida hasta el día de hoy, que data al año 6000 a.C. localizada entre los montes que limitan Georgia y Armenia.

Sin embargo, la creación del vino también tiene una connotación mística: los antiguos egipcios tenían la creencia que su Dios Osiris fue quien plantó la primera Vid en la ciudad de Thyrsa y elaboró el primer vino del mundo.

Por otro lado, en la mitología griega se creía que el creador del vino fue su Dios Dionisio y los romanos hicieron su propia adaptación con el Dios Baco.

Y no podemos dejar de lado la visión judeocristiana del vino.

Se menciona varias veces en textos sagrados como la biblia, relatando que Noé al salir del arca tras el diluvio encontró unas viñas, de cuyo fruto comió tanto que terminó embriagándose.

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Cualquiera que sea el caso, el conocimiento del vino surgió en Asia menor, pasando hacia el lejano oriente y hacia Egipto, Grecia, Sicilia e Italia.

Así, la antigua cultura china no solo conocía el vino si no que había llegado a regular su elaboración y su comercio para el 2285 a. C.

Finalmente, los fenicios fueron quienes difundieron las técnicas de vinificación por todo el mediterráneo antiguo contribuyendo a la expansión del vino.

Por lo mismo, se les considera como los artífices del desarrollo del cultivo y elaboración del mismo.

Además, introdujeron viñedos y bodegas en el norte de África, Sicilia, Francia y España donde se popularizo el vino y su comercio con griegos y romanos.

Aunado a esto, la propagación del cristianismo también favoreció su expansión ya que era un elemento esencial en las misas.

Posteriormente el vino se expandió a otras zonas del mundo. Revisemos algunos de estos lugares.

El vino en el viejo mundo

Francia y el Champagne: Dentro del territorio Francés, encontramos cinco lugares clave de producción de vino: Burdeos, El Médoc, Saint-Émilion-Pomerol, Entre-Deux-Mers y Graves.

Lo que comparten estos sitios es la calidad en sus productos, hablar de los vinos Franceses es hablar de excelencia, y en la región de Burdeos se especializan en ser el mayor productor de esta bebida.

Por otro lado, Francia también es el encargado de la invención del vino con burbujas: el Champagne, el cual vió su nacimiento en una abadía gracias a los experimentos del monje benedictino Dom Perignon.

Su intención era tratar de mejorar sus vinos pues mostraban con frecuencia espuma y sufrían una segunda fermentación.

Después de tantos experimentos, notó que precisamente esta segunda fermentación era ideal para la creación de esta nueva bebida.

Italia: La presencia del vino en Italia es tan constante como la presencia del arte, y es catalogado como el primer productor de vinos del mundo.

Dentro de sus regiones productoras principales esta El Piamonte, La Liguria y el Valle de Aosta, Lombardía, Trentino-Alto Adige, Emilia Romaña, Umbría, Campaña, y la mas conocida, Sicilia.

Sicilia cuenta con una producción anual de casi nueve millones de hectolitros de esta bebida, siendo la principal exportadora hacia el resto de la unión europea y Estados Unidos.

Portugal: Hablar de Portugual es hablar de exportación, y navegación. Entre sus principales regiones productoras se encuentra Oporto, Isla de Madeira, El Dao, Barraida y Setubal.

El principal vino producido en estas regiones es el llamado “vino verde”, el cual es logrado gracias a una segunda fermentación, y llevando este nombre no precisamente por el color, si no por su juventud y frescor.

Israel: La biblia está llena de referencias del vino y la vid. Actualmente este país da una de las mejores bebidas con uvas cultivadas en las montañas.

Su principal bodega es la llamada Golan Heughts Winery: tiene una oferta de vinos exquisita pues cada una de estas nace de acuerdo a los diferentes climas que se presentan en la zona.

DE AMERICA PARA EL MUNDO

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Argentina: Con más de 200,000 hectáreas de viñedo y 15 millones de hectolitros de vino al año, Argentina es considerada una gigante vinícola.

Su extenso territorio y los diferentes climas a los que está expuesto, hace de este país el candidato perfecto para la producción de tan deliciosa bebida.

Se divide en tres grandes territorios: La Región Andina del Norte, La Región Andina Central y La Región Patagónica. La Región Central Andina es la principal productora vinícola, con un 91% del viñedo argentino.

Chile: El vino chileno vive una época de éxito, pues su fortuna se prolonga desde hace varias décadas, convirtiéndose en un gran exportador, gracias a su vino de calidad por un precio más que accesible.

Es en el Gran Valle Central donde se encuentra el cultivo de la vid, debido a sus condiciones territoriales.

Se beneficia con la presencia de los Andes y los ríos que desembocan hacia el pacífico, haciendo de este territorio un lugar perfecto para los viñedos.

EL VINO LLEGÓ PARA QUEDARSE: MÉXICO

Desde que los españoles tocaron tierras Mexicanas, el vino llegó a nuestro territorio para quedarse. En la actualidad no es un producto habitual, sin embargo la producción mexicana en vinos mejora cada vez más tanto en calidad como en cantidad.

Baja California Norte es la zona más importante de la enología mexicana. Gracias a su ubicación geográfica, las vides disfrutan de un clima mediterráneo, siendo perfecto para su cultivo.

Por otro lado, Querétaro y Zacatecas son otros dos grandes núcleos productores de vinos. Gracias a la altura a la que se encuentran estos dos estados, las vides se enfrentan a un gran reto para su cultivo.

Pero este reto no implica un obstáculo, al contrario, logran que su producción de vino blanco Chardonnay y vino tinto Cabernet Sauvignon puedan resistir la comparación con los que se producen en las mejores bodegas de Europa.

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